La era de la tecnología ha llegado para quedarse y facilitarnos nuestro día a día, pero..…¿realmente nos facilita el trabajo de los auditores? Obviamente, las nuevas herramientas informáticas nos ayudan a realizar nuestro trabajo con una mayor rapidez y calidad, pero a su vez y debido a su complejidad, nos complica el proceso.

Plan global de Auditoría y las nuevas tecnologías

Nuestros clientes también se ayudan de las nuevas tecnologías para procesar los datos de su actividad, obtener informes de resultados y de gestión y presentar la información financiera, lo cual hace que como auditores también tengamos que revisar la calidad de la información que nos proporcionan. Este hecho hace que aparezca un nuevo riesgo para nuestra profesión, tanto inherente como de control, cuyo análisis y pruebas de detección de posibles errores puede requerir, dependiendo de la complejidad de los sistemas, formación específica adicional a la que actualmente tienen los equipos de auditoría. Por lo tanto, hay que incluir la verificación de dichos sistemas con técnicas adecuadas como una parte indispensable de nuestro Plan Global de Auditoría.

Los riesgos informáticos

Las actuales normas técnicas de auditoría, NIAS, abordan este tipo de riesgos informáticos, ya que han adquirido una importancia significativa en los últimos años y pueden ser una fuente de errores en los Estados Financieros que se escapan al error humano de los responsables de la elaboración de la información financiera con los que cuentan las compañías. Es por este motivo que hay que identificar los controles que las compañías tienen implantados sobre las distintas aplicaciones informáticas y verificar que dichos controles funcionan. Si las aplicaciones son complejas, el auditor tiene que ir más allá de verificar los controles impuestos por la sociedad, por lo que necesitará la ayuda de un experto informático para la identificación de los posibles riesgos y errores que puedan contener los programas informáticos.

Conclusión

Una vez que se han analizado las aplicaciones debemos de evaluar los resultados de los controles concluyendo sobre su eficacia y por lo tanto determinando si la estrategia de auditoría es la correcta o si por el contrario, hay que modificarla ampliando los procedimientos para minimizar el riesgo global que pueda impactar en nuestra auditoría.

Por todo ello, volvemos a preguntarnos:

  • ¿Nos ayudan las nuevas tecnologías a ser más efectivos en nuestro trabajo?
  • ¿Qué cambios tenemos que hacer en nuestros procedimientos de auditoría?
  • ¿Se tendría que formar en nuevas tecnologías a los auditores?

Isabel MolineroLinkedin_circulo