Entendemos como control interno el plan de organización y conjunto de métodos y procedimientos, que aseguran la protección de los activos, la fidelidad de los registros contables y el desarrollo de la actividad de forma eficaz según las directrices de la dirección.

La evaluación del control interno proporciona al auditor un marco de referencia útil para el buen desarrollo de la auditoría.
A nivel general podemos decir que existen dos tipos de control interno dentro de la Sociedad:

Control interno PREVENTIVO: actúan antes de producirse los hechos a controlar, intentando anticiparse a los posibles errores o problemas.

Control interno VERIFICATIVO: cuya misión es comprobar si los hechos que ya se han producido se acomodan a lo que se esperaba de ellos o si existen diferencias entre lo previsto y lo realizado. Algunas sociedades optan por introducir la figura de “Controller” cuya función es la de llevar a cabo los procedimientos de control interno de la entidad.

Las sociedades de mayor volumen, cuentan con un departamento exclusivo de Auditoría interna, que se encarga de hacer cumplir todos estos procesos de control interno.

Desde el punto de vista de la Auditoría perseguimos evaluar la implementación y el diseño de los controles clave de la organización, que incluyen:

El proceso de preparación de la información financiera, las actividades de control sobre las autorizaciones, registros y procedimientos, la segregación de funciones dentro de la organización, y el registro, aprobación y desglose de los saldos y transacciones con partes vinculadas.

Como auditores debemos de analizar los posibles errores en los que se pueda incurrir dentro del sistema de control interno, para así poder identificar los riegos materiales en los estados financieros, posibles riesgos de fraude, y riesgos del entorno informático que pudieran tener repercusión en los estados financieros de la entidad.

La implantación de un buen sistema de control interno, reduce en gran medida los posibles riesgos que la entidad pueda tener, lo que hace que el auditor tenga más confianza y pueda disminuir las pruebas en ciertas áreas, ya que el enfoque de la auditoría se basa en el riesgo, el análisis exhaustivo de la entidad y su entorno, nos hace detectar las áreas más vulnerables, y poder realizar las pruebas con más nivel de detalle.

El análisis del sistema de control interno se hace básicamente mediante un cuestionario de control interno, seguido de pruebas de cumplimiento, y la redacción de un memorándum que incluyen las conclusiones del proceso de evaluación. Con lo cual es importante, encontrarnos a la hora de trabajar, con entidades que dispongan de un buen sistema de control interno, ya que beneficia tanto a la entidad en sí misma, como al Auditor que adquiere una fiabilidad superior en sus pruebas y procedimientos de verificación.

Benito Giménez de Azcarate Arjona es Auditor del Área de Auditoria