La robótica y la inteligencia artificial tienen un potencial transformador, que está teniendo un notable impacto en numerosos ámbitos de nuestra vida cotidiana. Estos avances tecnológicos están siendo aplicados en múltiples y dispares campos. Podemos encontrar sistemas de inteligencia artificial que deciden los diagnósticos de un paciente, robots que asisten a cirujanos, o incluso proyectos de robots que pretenden ejercer como jueces de primera instancia.
Pero, ¿Cómo puede afectar toda esta revolución venidera en la auditoria?
En este articulo pretendemos arrojar luz sobre el tema y aportar una reflexión sobre cómo estas tecnologías, pueden transformar el mundo de la auditoria que hoy conocemos.
Big data e inteligencia artificial
Para introducirnos en el tema es preciso abordar de forma breve estos conceptos:
- Big data: recopilación, análisis y acumulación constante de grandes cantidades de datos, procedentes de diferentes fuentes y que son objeto de un tratamiento automatizado mediante algoritmos informáticos y avanzadas técnicas de tratamiento de datos, con el fin de generar correlaciones, tendencias y patrones (analítica de macrodatos).
- Inteligencia artificial: sistemas que manifiestan un comportamiento inteligente, pues son capaces de analizar su entorno y pasar a la acción (con cierto grado de autonomía) con el fin de alcanzar objetivos específicos.
Esta revolución en el tratamiento de las enormes cantidades de datos que llamamos big data, sirve de alimento y de sustento para la inteligencia artificial.
Básicamente, se busca construir una entidad inteligente que desempeñe tareas y con capacidades propias de los seres humanos. Para que se pueda ejecutar este sistema, se necesitan una serie de instrucciones que enumeren las acciones que deberá realizar esta tecnología. Para ello, se hacen uso de los algoritmos y de patrones de razonamiento, que intentan imitar nuestros procesos cognitivos, para adaptarse al entorno y tomar acciones.
Algunos ejemplos
Aunque sea un concepto que nos resulte futurista, hoy en día es una tecnología que nos rodea, aquí tenemos unos ejemplos de usos de la inteligencia artificial:
- El robot que nos atiende, vía telefónica o informática cuando contactamos con nuestro banco o nuestro operador móvil.
- Motores de traducción de textos que analizan patrones entre millones de documentos ya traducidos.
- Servicios web con recomendaciones personalizadas.
- Automóviles que se conducen solos.
- Cuando nuestro teléfono móvil reconoce a personas en nuestras fotografías, y las gestiona de forma inteligente.
Estos son solo unos ejemplos cotidianos en los que podemos encontrar esta tecnología, pero estos sistemas pueden estar basados en dispositivos hardware más complejos que sean destinados a mejorar notablemente nuestro día a día como auditores.
Y es que no resulta descabellado pensar que podemos aplicar esta tecnología disruptiva a la auditoria. Al fin y al cabo, nuestra labor como auditores es proporcionar una opinión sobre la imagen fiel de las cuentas anuales y los estados financieros, y poder detectar los riesgos de fraude contable.
Conclusión
Rebuscamos entre cantidades de datos, para emitir una opinión y si tenemos en cuenta estas nuevas herramientas, se podrían aplicar algoritmos a los datos contables y codificar una solución de inteligencia artificial que detectara las anomalías, los riesgos y que incluso, con alma de auditor, emitiera una opinión profesional al respecto. Naoto Ichihara, ya ha desarrollado modelos en este campo para la auditoría, y ha creado un sistema de inteligencia artificial que detecta entradas erróneas en grandes bases de datos.
Se podrán ahorrar horas de trabajo de revisión de documentación por parte del personal del equipo de auditoría y dedicar el tiempo al análisis de los resultados que arrojen las herramientas utilizadas, con espíritu crítico y juicio de auditor.
Sin duda, se están haciendo grandes avances que traerán consigo múltiples retos. En este contexto tecnológico, se tendrán que sentar unas bases sólidas para la gestión de los datos y deberemos tener en cuenta aspectos la ciberseguridad y como la protección de datos. Además, hay que tener en cuenta el factor humano, ya que como profesionales será preciso reinventarse y adaptarse a este nuevo panorama.
Autora: Paula Montesinos. Área de Assurance&Audit