Hace unos días Núria Mas, profesora del departamento de economía del IESE, publicó un artículo en el blog de la escuela en el que hacía hincapié en la gran cantidad de desempleados mayores de 55 años que existen a nivel mundial. La cifra engloba tanto a jubilados como parados y otras personas fuera del mercado laboral.
La intención de Nuria era focalizar la atención de los lectores en un problema social que parece estar pasando inadvertido y que puede tener importantes consecuencias. En su reflexión, la autora comentaba que las tasas variaban notablemente de unos países a otros, una fluctuación que no era consecuencia directa de la crisis que vivimos.
Mas se apoyaba en los datos obtenidos en 2007,antes de iniciarse la crisis, que mostraban cómo los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) arrojaban diferencias sustanciales cuando se analizaba la tasa de empleo de mayores de 55 años. Así, Islandia, Suecia y Noruega contaban con un 70% de población empleada entre los 55 y 64 años mientras que ese índice en Grecia, España o Bélgica estaba por debajo del 45%. Además, este segmento de la población es el que va a experimentar el mayor crecimiento en las próximas décadas.
Según Mas, en el contexto de las sociedades que envejecen más rápidamente, esta es una situación que nuestros países no pueden permitirse. Este tema está relacionado con las características del mercado laboral, tales como la existencia de puestos de trabajo a tiempo parcial, o los sistemas de pensiones actuales, que realizan el cálculo de la pensión en función de las cotizaciones de los últimos años trabajados.
Para más información puede consultar el artículo de Núria Mas