Durante los últimos años, la palabra liderazgo ha ido escalando posiciones en el terreno laboral y es que, la concepción de que las personas trabajamos únicamente por dinero es una creencia que poco a poco se va disipando. Es por esto por lo que se le da cada vez más importancia a la motivación en el trabajo. Tenemos una creencia simplista sobre las razones por las que se trabaja y la composición del mercado laboral. El catedrático de psicología y economía conductual Dan Ariely nos da algunas claves para reflexionar sobre este tema.
Uno de los ejemplos más claros que expone Dan para explicar la importancia de la motivación en el trabajo es el de los alpinistas. Según éste, el ascenso hasta la cima para un alpinista está plagado de momentos infelices de sufrimiento y esfuerzo. Sin embargo, el desafío que representa el llegar a lo alto de un pico es una motivación tan fuerte que el montañero lo dará todo por conquistarlo, haciendo de ese momento toda una experiencia satisfactoria.
Según Ariely, el hacer un buen trabajo tiene una conexión directa con hacer algo que te gusta. Efectivamente, solemos entregarnos más a una tarea que resulta de nuestro agrado que a una que nos produce rechazo, y la motivación en el trabajo es clave para que esto ocurra. Las tareas demasiado sencillas o monótonas que dominamos y no nos producen un reto tendemos a mecanizarlas, mientras que para aquellas nuevas tareas que suponen un desafío nos entregamos al máximo.
Una parte importante del liderazgo es, por tanto, lograr que la gente se interese por lo que hace. Promulgar la participación, escuchar a los miembros de una compañía y la motivación son básicos para que se trabaje de forma eficiente. Es importante, de la misma manera, reconocer la labor que se acomete. Si trituramos los esfuerzos de la gente y su producción, logramos que se sientan insatisfechos con su trabajo. Así mismo, cuando el trabajo de una persona es ignorado, esa persona tenderá a realizar ese mismo trabajo con un esfuerzo menor por la falta de motivación y el resultado será un trabajo menos brillante. Ignorar el esfuerzo de una persona es tan malo como triturar sus esfuerzos.
Para Ariely aumentar la motivación de las personas que conforman una empresa es clave, mientras que eliminarla es muy fácil. Como dice el psicólogo, » al aumentar el esfuerzo en una tarea, la persona siente más conexión por ella y por lo tanto la valorará más». Es decir, marcar retos a las personas hace que su motivación crezca.
Tenemos la concepción errónea de que la motivación laboral y la paga son los mismo, pero nos olvidamos de otra serie de requisitos para ser unos buenos líderes: El sentido, la creación de desafíos, el sentimiento de pertenencia, la igualdad… Un buen líder deberá ser capaz de añadir todos estos componentes para que así las personas sean más productivas y más felices.
Si quieres conocer más en profundidad la opinión de Dan Ariely no te pierdas este vídeo con su charla para la organización TED en el que explica por qué el liderazgo es la base para un trabajo eficiente.
María González es técnico de marketing en Audalia.