A diario nacen nuevas empresas o, al menos, gran cantidad de emprendedores se quieren lanzar a la piscina para hacer su sueño realidad pero… ¿qué hay que hacer para constituir una empresa?
El camino es largo y espinoso, no obstante, tampoco es misión imposible, vamos a ver qué pasos hay que seguir.
Pasos a seguir:
Nombre y logo
En primer lugar es necesario pensar en el nombre y el logo de la futura empresa, es básico. También es necesario presentar un certificado en el que ponga que no existe ninguna otra empresa con ese nombre.
Certificado bancario
Otro paso importante es del certificado Aquí figura si, efectivamente, se ha depositado la cantidad especificada como depósito de constitución.
Estatutos
También hay que presentar los estatutos, base de cualquier empresa, sociedad o asociación. Se puede decir que son los entresijos que definirán la empresa, sus socios, la forma de elegirlos, la duración de los cargos, el domicilio fiscal,…
Acuerdo de voluntades
Y lo último antes de toparnos con las administraciones es el acuerdo de voluntades. Es similar a los estatutos en cuanto que en este documento también aparece el nombre de la empresa, los datos del administrador o el domicilio social, pero este documento será necesario para poder solicitar el CIF en la Agencia Tributaria, de manera voluntaria, o para que el notario pueda emitir la escritura de constitución de la empresa (desde notaría también se puede solicitar el CIF).
Modelo 600
Ya casi está todo, solo falta presentar el Modelo 600 en el Registro Mercantil y, en cuanto se haya aceptado el registro, empezar a esforzarse para que nuestra empresa soñada produzca todo lo que habíamos imaginado.
Bueno, no ha sido tan complicado, ¿no? Pero, ¿qué pasa si la persona que sueña con abrir una empresa en España es extranjera?
En caso de ser extranjero
Problemas lingüísticos aparte, en este proceso entra en juego una persona más: el traductor jurado, que casi nadie sabe lo que es, pero que colabora estrechamente para que la documentación en lengua extranjera tenga la misma validez que si estuviera en español y, sobre todo, para que la persona interesada se entere realmente de todo este procedimiento.
El emprendedor extranjero debe presentar su NIE y traducir los estatutos y los acuerdos voluntarios, pero no sirve una traducción simple, sino que un traductor jurado nombrado por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación debe traducir esos documentos y, mediante su sello y firma, «certificar» (realmente es jurar) que la traducción es fiel y verdadera. A partir de ese momento, y aunque es recomendable llevar los originales, en España tendrá validez la traducción oficial sellada y firmada por el traductor jurado, al fin y al cabo, la ha traducido al español.
Cómo contactar a un traductor jurado
¿Qué hay que hacer para ponerse en contacto con un traductor jurado? Sencillo, buscar en Google (por ejemplo) la lista de traductores jurados del Ministerio o, en su defecto, acercarse a una agencia de traducción que ofrezca estos servicios (cuidado, no todas lo hacen). Lo mejor de todo, es que la empresa que gestiona la constitución de la futura empresa pueda solucionar este paso y disfrutar organizando los primeros pasos de la pequeña entidad que está a punto de nacer…
¿Empezamos?