Frecuentemente, en el desarrollo de nuestros trabajos de organización, los Directores Generales y/o Gerentes nos suelen preguntar por las bondades de las estructuras organizativas matriciales. La respuesta siempre es la misma, así como la expresión de perplejidad de dichas personas que esperan algo más complejo. Sí, no hay que dar muchas vueltas al tema, la solución nos la da la propia naturaleza. Concretamente, la podemos conseguir viendo algún documental de la 2.
Como supongo que, a estas alturas del artículo, estaréis con la misma cara de asombro que mis clientes, proseguiré con la historia tal y como haría con ellos.
Un día, conecté la televisión y estaban emitiendo un documental en la 2 sobre un zoo alemán (no os voy a hablar del Pulpo Paul). Aparecía la reconstrucción de un ecosistema de mandriles que parecía de diseño, no faltaba detalle. Alguien aburrido, es decir, un biólogo del centro, decidió observar a estos afables y simpáticos amiguitos que nos van a servir para explicar el funcionamiento de las organizaciones matriciales.
Nuestro biólogo comenzó a observar la existencia de un macho dominante (la verdad es que era el doble de cualquiera de sus compañeros, por lo cual lo tuvo fácil) y una serie de castas en la manada. Hasta aquí no parece demasiado complejo; aunque nuestro biólogo lo explica como un gran hallazgo.
El biólogo comienza a percibir que determinados miembros de las castas son dirigidos por pares de miembros de las mismas, los dominantes, y realizan algún cometido según su destreza. Cosa que al biólogo no le sorprende pero a mí me pareció altamente educativo: Existía una estructura organizativa matricial, eso sí, bajo la atenta mirada del macho dominante.
Todo era paz y armonía: la comida se gestionaba, no había agresiones en la manada, se mantenía la seguridad y se convivía en paz con unos pobres patos que nadaban en un estanque.
Yo ya pensaba cortar el documental porque se me hacía muy duro ver monos y patos después de comer; pero, de pronto, el biólogo se convirtió en un consultor de organización y el documental comenzó a cobrar sentido.
¿Qué pasaría si la manada perdiera al macho dominante? Bueno, ni que decir tiene que, para sacarlo de la jaula, drogan al pobre animal con unos dardos; pero bueno es parte del experimento.
Durante un par de días las castas siguen funcionando y se trabaja de forma ordenada sin que parezca que haya sucedido nada; pero, un día, comienzan las agresiones entre los mandriles; la comida no se aprovecha y asesinan a todos los patos (trágico pero cierto). El biólogo comienza a darse cuenta de que esto no parece muy estable y decide ver si al pobre mandril drogado puede darle algún uso sin incorporarle a la jaula suelto. Explica que intenta ver si la presencia del macho dominante, sin interactuar con la manada, puede solucionar el problema. Introduce al pobre bicho en una jaula esperpéntica en la que apenas cabe y lo deposita en la jaula con los otros miembros. La verdad es que salvo reírse de él no vale para mucho. El macho dominante no para de morder la jaula y su enfado llega a cotas difícilmente superables; pero no afecta al comportamiento de sus compañeros que siguen a los suyo: al pillaje y a la agresión. Con la población diezmada y temiendo un finiquito por la que había liado, el biólogo decide soltar al macho dominante. Gran momento. Sólo por ver la cara de los mandriles cuando es liberado su líder merece la pena el documental. Nuestro vejado amigo sale del toril y al primer mono que engancha se le quitan las ganas de sentarse una temporada. Luego prosigue impartiendo disciplina al estilo mandril. Acto seguido, las castas se vuelven a organizar y cesan las agresiones. La comida se vuelve a aprovechar. Los patos están muertos con lo que no podemos hacer nada por ellos.
En definitiva, la propia naturaleza nos indica que las estructuras matriciales, traducido a comportamiento humano:
- Siempre deben tener un director que decida en caso de divergencias o discrepancias.
- Sólo sirven para proyectos concretos definidos.
- Resuelven aspectos complejos de forma ágil aprovechando las capacidades de los miembros de la organización de diferentes departamentos, creando estructuras funcionales y jerárquicas.
- No son estables en el tiempo.
Y seguro que si los mandriles lo consiguen, en nuestras organizaciones no puede ser tan difícil…
*Antonio Pérez es Director del Área de Consultoría