Para lo público también.

Estamos en fase de cambios, cambios que suponen evolución, y que nos pueden mejores como sociedad. Tenemos esta oportunidad y en ocasiones uno se pregunta si vamos en la dirección adecuada.

Uno de los valores más representativos es la CONFIANZA, la confianza en las personas, en las empresas, en las instituciones públicas, y por supuesto al final, en los países. Lo estamos aprendiendo estos últimos años a base de bien, con la famosa prima de riesgo, rescates de países, etc…

Esta CONFIAZA se construye desde la base. Pues bien, para que exista confianza se debe establecer un sistema de información TRANSPARENTE,  junto a unos mecanismos de control razonables, que vigilen el cumplimiento de los principios y criterios establecidos, y el grado de cumplimiento de dicha TRANSPARENCIA. El mercado, o la justicia,  sancionará a los que no cumplen dichos criterios.

La confianza en las Corporaciones públicas españolas no está en sus mejores momentos, pérdidas acumuladas, apalancamientos excesivos, estructuras de empresas mercantiles alrededor de corporaciones públicas para que no computen en el déficit autonómico o municipal…

Una de las razones de dicha falta de CONFIANZA es que no se han establecido mecanismos adecuados de información transparentes y su posterior control, y los que existen (Tribunal de Cuentas e Intervención General del Estado, además de las Sindicaturas de Cuentas en Comunidades Autónomas), son claramente insuficientes.

Sirva el ejemplo de que en Cataluña, existen 35 auditores para auditar las cientos de entidades públicas objeto de análisis. Como es lógico sólo se revisan cada año un pequeño porcentaje del total. Recientemente el Parlamento catalán ha aprobado una asignación presupuestaria para que las empresas de auditoría privadas colaboren con la Sindicatura para ayudarles en la tarea de revisar las cuentas.

La iniciativa es necesaria, pues el sector público necesita también, como la economía privada, de los mecanismos de control adecuados. Las firmas de auditoría deben participar en dichos procesos si los recursos públicos no son suficientes para poder abarcar el trabajo. Otro tema es que no se establezcan partidas presupuestarias para dicho destino, con la excusa de que no hay dinero.

Los políticos deben establecer esos mecanismos adecuados y razonables de transparencia y  control, con entidades públicas y firmas de auditoría privadas, para que el valor de la Confianza se revitalice. ¿Se atreverán los políticos con esta reforma del sector público? Ya lo veremos. Clear cristal.

Y para los pequeños

La transparencia parece que se va a quedar sólo para algunas organizaciones. Las pequeñas, con la excusa del excesivo coste administrativo, tendrán menores requisitos de información.

Efectivamente, se ha adoptado esta semana la Directiva que exime a las Pymes de trámites y gastos de información económica. El Consejo de Europa adoptó esta semana oficialmente la Directiva destinada a eximir a las empresas más pequeñas de la obligación de presentar informes financieros y contables, tras el acuerdo previo alcanzado con el Parlamento Europeo en la propuesta de la Comisión presentada en noviembrede2011.

Ahora los límites para presentar información se han establecido en cumplir dos de los tres siguientes:

–          Volumen de negocio neto menor de 700.000 €

–          Total Activo menor de 350.000 €

–          Número de empleados , menos de 10.

La Directiva permitirá que los Estados miembros puedan eximir a las pymes de la publicación de sus cuentas anuales.

Veremos que hace España en el plazo de dos años que tienen los países  para trasponer las directivas europeas, pero los vientos que soplan por Europa, con la excusa de reducir costes, son de tormenta. La reducción de la transparencia en la información no supone avanzar en la confianza en los mercados. Y esto vale para las entidades públicas, las grandes organizaciones, medianas y pequeñas, cada una en su justa medida, pero vale para todas.

El siguiente paso, para reducir costes, podría ser eliminar la auditoría en las empresas que no coticen o no sean de interés público, o a lo mejor para reducir costes tenemos que eliminar el mantenimiento de los aviones o las revisiones periódicas de los trenes, camiones y autobuses que circulan por Europa… Parece claro que no es la vía adecuada para reducir accidentes!

Trabajemos para prevenir accidentes de información y transparencia, en definitiva para aumentar la confianza entre todos. Y esto tiene un coste, razonable, pero se debe asumir. Cristal Clear.

* Santiago Alió es Socio Director de Audalia