Santos Morueco Audalia Nexia

Cuando en el mes de agosto de 2016 un amigo de mi pueblo, por supuesto el más bonito de España, me propuso –  ¿oye nos apuntamos el mes de junio del año que viene a una prueba de senderismo de 31 km? – pensé… – ¡uf!, esto es imposible…

Es cierto que a mi me gusta andar por el monte en vacaciones, disfrutar de mis amigos por los verdes valles, las duras crestas, comer el bocadillo y sobre todo la cerveza posterior… pero de ahí a poder hacer esa prueba, lo veía un mundo.

No obstante, como auditor que soy desde hace más de 30 años, cogí el guante, ya que me pareció un buen reto y un buen motivo para juntarnos los amigos y, de esta forma, poder demostrarnos a nosotros mismos que si nos esforzábamos, lo conseguiríamos.

Así que en el mes de octubre de 2016 me planteé el siguiente reto: creo, que la mejor manera, no ya de no perder la forma que dejo cada vez que termina el mes de agosto, sino de mejorarla, es la de intentar empezar a correr. En esa fecha, yo iba a cumplir 52 años… ahí lo dejo.

El reto

En ese primer entrenamiento, que duró apenas 15 minutos, me acompañaba mi hijo, en esa fecha de 16 años y no paró de reírse de mí: – papá qué mal corres, papá arrastras los pies…. – el que tenga hijos adolescentes ya me entiende.

A pesar de eso, yo seguí con la ilusión intacta y el plan establecido, así que entrené lo que podía, 2/3 veces por semana aumentando cada día el tiempo de entreno y, en cierta medida, la velocidad. De esta forma, escuché que el 20 de noviembre había una carrera solidaria cerca de donde vivo, “un juguete una ilusión” de 5 km y me apunté; aunque parezca mentira, conseguí terminarla sin pararme; eso sí, llegué de los últimos y tan mal que hasta me entrevistaron.

Esto, no obstante, me animó. Vi que con estas carreras se podía ayudar económicamente por motivos sociales y me servía a llegar al mes de junio del año próximo en plena forma a mi objetivo inicial.

Los siguientes meses, con el frío del invierno, fueron duros, pero no me desanimaron. Pienso firmemente que todo en la vida se consigue con ánimo, entrega, sacrificio y disfrute, si la salud te lo permite claro, así que, conseguí en el mes de diciembre terminar mi primer 10 km, esta vez a favor de la investigación del cáncer.

Desde entonces, estamos hablando de 2 meses de entreno, seguí cada día con más entusiasmo, hasta lograr hacer una media maratón en marzo de 2017 y una maratón en el mes de abril….. en 6 meses desde que comencé “arrastrado los pies” allá por octubre.

Si pensáis que esto termina aquí, es que no conocéis lo que se puede conseguir con el cocktail de esfuerzo…..que he comentado antes. En junio hice la prueba de 31 km de mi pueblo y quedé entre los 30 primeros, no es que esto importe, pero siempre agradece uno mismo tener una recompensa por el esfuerzo invertido.

Desde entonces, me he “especializado” en carreras de montaña que son, para mi gusto, mucho más bonitas: se va por parajes preciosos, hablas con gente encantadora, te ayudas en momentos delicados, te curas si te caes, compartes la comida que tienes, el preciado agua….; todo esto, ya me ha pasado…y no sólo una vez.

Todo esfuerzo tiene su recompensa

¿Cómo se resume este nuevo avance? En uno año corrí como 8/10 medias maratones por montaña, hice otra vez la maratón de Madrid, conseguí entrar en control en mi primera carrera de 50 km y ya como colofón, hace unos días conseguí terminar una prueba emblemática que es la Madrid Segovia por vías pecuarias, de 100 km, una prueba muy dura que supuso un esfuerzo de más de 14 horas continuo, me obligó a saber lo que es correr con dolores por todo el cuerpo pero eso sí, disfrutando de unos parajes y una compañía de corredores inmejorables y con el regalo de cruzar la meta en el acueducto.

El resumen de estas breves líneas en las que trato de explicar lo que ha sucedido es que, de 52 a 54 años, sin haber corrido prácticamente en mi vida, he conseguido hacer lo que mucha gente que corre hace más de 30 años no logra; pero esto ocurre por algo: porque lo hago convencido, disfruto cada minuto de entreno o carrera, me esfuerzo y tengo la suerte de no lesionarme.

El que quiera acompañarme y disfrutar, que me lo diga y vamos juntos.

Santos MoruecoLinkedin_circulo