El pasado mes de febrero el INE publicó las estadísticas concursales correspondientes al cuarto trimestre de 2012, en las que se reflejan una serie de conclusiones que nos indican lo duro que ha sido el año 2012 para las empresas en España.

A modo de conclusión, se observa que el número de concursos ha aumentado un 39% respecto al mismo periodo del año anterior, situándose en 2.444 deudores concursados.

De esta cifra, 2.444 son concursos voluntarios, y tan solo 140 son necesarios. Este último número sigue siendo algo elevado. Me explico, el procedimiento concursal tiene como objetivo y en palabras llanas, permitir a la Sociedad detener el aluvión de deudas, para que pueda continuar su actividad, y poder así pagar de forma ordenada la mayor parte de las deudas atrasadas. Es decir, tiene una visión continuista. El problema es que el estigma que produce el hecho de que una empresa esté en concurso hace que en muchos casos no se quiera solicitar el concurso voluntario, y se trate de solucionar el problema “internamente” hasta que finalmente la insolvencia es tan evidente que algún acreedor insta el concurso necesario, cogiendo con el pie cambiado a la Sociedad concursada. La solicitud de concurso debería hacerse en los primeros momentos de insolvencia. Si esto fuera así, el porcentaje de empresas concursadas que saliera del concurso de forma razonable, continuando su actividad y con quitas y esperas bajas y razonables, sería muy superior, lo que ayudaría a quitar el estigma de “sociedad concursada = sociedad liquidada”.

Otro dato de la encuesta que entiendo que puede llamar a engaño es el relativo a la estructura de las empresas que entran en concurso. Según las cifras del INE, la mayoría de empresas que entran en concurso son empresas con menos de 2 millones de cifra de negocio y con menos de 20 empleados, es decir, micropymes. Una lectura podría ser que este tipo de empresas están peor preparadas para situaciones de insolvencia que las empresas con mayor estructura. Yo creo que este dato es simplemente un reflejo de la proporción general de nuestra economía en la que la inmensa mayoría del tejido empresarial lo confirman micropymes de estas características, y por mera estadística, el número de concursos en esta franja debe ser superior.

Estas empresas, si bien suelen tener menor colchón financiero, también pueden ser muy flexibles y adaptarse muy bien a las tempestades y vicisitudes adversas, para evitar precisamente entrar en situaciones de insolvencia.

El detalle de la nota de prensa puede obtenerse en:
https://www.audalianexia.com/documentacion-audalia/ESTADÍSTICA_CONCURSAL.pdf