Cuando me pidieron que contara mi reciente experiencia como consultora, me plantee una pregunta; en realidad ¿hay diferencia entre trabajar como auditor a hacerlo como consultor? La respuesta es clara, ¡muchísima! y lo digo porque soy auditora.
Creo que la palabra que mejor describe el momento en el que se me asignó ese trabajo fue «reto». Puede que esto no sea entendible, ya que simplemente se refería a ayudar a una empresa a implementar una normativa perfectamente conocida por nosotros, pero… ¡Cómo cambia la cosa cuando hay que hacerlo como consultor en lugar de como auditor!. No debemos olvidar que nuestro trabajo como auditores analiza, en la mayoría de los casos, el “final” de las operaciones, pero ¿qué pasa cuando somos nosotros los que debemos desarrollar el proceso de principio a fin? ¡Qué diferentes se ven las cosas en esos casos!
Como ya os imaginareis, era un proyecto más complejo de los que solemos tratar y además la documentación de que disponíamos era en otro idioma. Creo que, al enfrentarnos a un nuevo reto, sentimos un cierto nerviosismo aunque sepamos que estamos más que preparados para abordarlo con éxito.
El proyecto
No fue un trabajo fácil, no nos vamos a engañar, no tanto por el trabajo en si como por las dificultades relacionadas con la realización de un proyecto que engloba distintos continentes. Por poner algunos ejemplos, uno de los problemas era el origen de las instrucciones, ya que procedían de la matriz en Texas, tanto sobre la elaboración del trabajo como sobre la determinación de los plazos de cada fase, con la consiguiente diferencia horaria; sin olvidar las dificultades surgidas por la coordinación internacional del proyecto, al haber países que necesitaron ayuda adicional…. ¿El resultado? Todo fue finalmente solventado y el trabajo, según mi humilde opinión, realizado con éxito.
¿Lo mejor? Nuestra recompensa… Un viaje a Alemania para contar nuestra experiencia frente a nuestros colegas de red en un Congreso, y ¿por qué fue lo mejor? ¡Porque era en Navidad! Charlas, vino caliente y würstchen, ¿qué más se puede pedir?
Conclusión
Con todo esto quiero transmitir que si tenemos una buena formación estaremos preparados para hacer frente a nuevos trabajos, que el apoyo de los compañeros es siempre imprescindible para que todo salga aun mejor y sobre todo, que no debemos tener miedo a los nuevos retos porque son los que nos hacen crecer.